martes, 19 de mayo de 2009

Brillo

El de las moendas que pasan por tu mano un instante para volver a irse...

Metal frío que tiene la extraña facultad de hacerte creer ser cosas que en realidad no eres; que te convierte en poseedor de tesoros potenciales... en fascículos coleccionables, en sobre, en cartilla de periódico dominical.

Vives en áticos imaginarios y viajas en taxis con el chasis de cristal, de modo que todos pueden verlo todo menos tu destino. Como quien deja sus huellas en bulevares de cemento fresco, como quien persigue sueños que al final se cansan y se dejan agarrar.

Puedes jugar con el brillo. O puedes ser un adulto y leer las esquelas. Puedes sentarte en un vagón de metro y escribir poemas en lugar de leerlos.

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